Reproducimos íntegramente la columna de Patricia Salinas en Caretas de esta semana.
A pesar de que al asumir el cargo de presidente del directorio de IRTP, Ricardo Ghibellini aseguró que la pantalla de canal 7 estaría dedicada básicamente a la cultura y la información, uno de los primeros programas que han salido al aire durante su gestión (muy pocos, a decir verdad) es Por humor al Perú, que de cultural no tiene absolutamente nada.
Con Manolo Rojas y Alfredo Benavides como figuras principales, Por humor al Perú es un espacio de dos horas que va los domingos a partir de las 8 de la noche, justo en el horario tradicional de los programas periodísticos, lo que resulta un tanto curioso, por decir lo menos, pues daría la impresión de que el objetivo es distraer al público con chistecitos baratos (ya que el programa en sí es bastante malo), para que no esté pendiente de lo que sucede en el país.
Se dice también que el sketch en el cada semana tratan de difamar a Gastón Acurio, pintándolo como un pituquito que solo cocina con productos carísimos e importados (cuando es él quien ha promovido el consumo de la anchoveta y el perico, entre otros), no es otra cosa que una campaña diseñada específicamente para destruir su imagen por el temor que le tienen como posible candidato a la Presidencia del Perú.
¿Exceso de suspicacia? Veamos: Por humor al Perú no es un programa producido por canal 7 sino por Triax, una productora independiente de propiedad de Carlos Leaño (primera irregularidad, pues que se sepa no se realizó ninguna licitación como corresponde a cualquier empresa del Estado).
Pero ¿quién es Carlos Leaño? Solo hay que hacer un poquito de memoria. Se trata de un personaje muy especial, ligado primero a Montesinos y luego a Ollanta Humala. En su condición de camarógrafo grabó ceremonias en las que aparece el ‘Doc’ con su cúpula militar, trabajó para el coronel Huamán Azcurra, brazo derecho de Montesinos y en el 2006 fue pieza importante en el equipo de propaganda de Humala (Caretas 1925).
Suponemos que Ghibellini, siempre tan bien informado, está al tanto de los antecedentes de este personaje. Lo que no entendemos es cómo así decidió trabajar con él y quién lo convenció de poner un programa cómico que además de algunos sketchs manipuladores como el que hemos mencionado, solo ofrece copias de secuencias de todos los demás programas de humor que hay en los otros canales. Y, en todo caso, ¿qué fue de los espacios culturales que había prometido y con los que buscaba parecerse a la BBC de Londres? ¿Es solo cuestión de costos?(Escribe: Patricia Salinas)
jueves, 3 de diciembre de 2009
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